martes, 25 de febrero de 2014

ORIGEN, EVOLUCIÓN Y DOMESTICACIÓN DEL PERRO (2º PARTE)

Como bien hablamos en la anterior publicación, el perro ya no es considerado como una subespecie del lobo, sino que es una especie diferente, con un comportamiento, un hábitat y rutinas que difieren del lobo. Hoy conoceremos cómo el lobo evoluciona tras miles de años hasta convertirse en lo que hoy conocemos como perro.


Charles Robert Darwin (12 de febrero de 1809  19 de abril de 1882) fue un naturalista inglés que postuló que todas las especies de seres vivos han evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común mediante un proceso denominado selección natural. Sin embargo, establece que el perro es una especie que evoluciona a partir de una selección artificial. Es decir, que pasamos del lobo al perro debido a la manipulación del hombre. Una manipulación que debía escoger a aquellos lobos que tuvieran menos miedo del hombre y cruzarlos con otros con las mismas características.



Para comprender mejor esto vamos a situarnos en una época de la historia humana, hace aproximadamente 15.000 años. En aquella época de la historia del hombre (mesolítico), éste comenzaba a asentarse en las primeras poblaciones, dejaba a un lado su vida nómada para  construir asentamientos donde desarrollar su vida. Es en esta época, siguiendo la línea de Darwin, cuando los humanos motivados por algún objetivo o beneficio intentan “domesticar” al lobo. 




Para ello debían entrar en las parideras de las lobas y robar a los cachorros más dóciles y menos miedosos al contacto humano para luego llevarlos a sus asentamientos. Cabe aclarar un dato importante. El lobo tiene una conducta de evitación del peligro de entre 10 a 15 días, es decir que todo aquello con lo que no haya  tenido contacto después de ese tiempo será considerado como peligroso y, por tanto, intentarán evitarlo, huir o pelear.






Por lo que estos pobladores mesolíticos tendrían que entrar en las parideras antes de los 15 días. Esto representaba un gran peligro ya que los cachorros estaban vigilados muy de cerca por su madre y también por su padre…¿qué necesidad tenían estos humanos de aventurarse en tal misión?, ¿qué podría aportarles como beneficio?
Supongamos que lograban conseguir algún cachorro y lograban llevarlo a su asentamiento. Allí les espera una larga y dura tarea, la de “amamantar” al pequeño lobo y la de permanecer con el pequeño la mayor cantidad de tiempo para adaptarlo a todos los estímulos posibles. Esta tarea no se realizaba con un cachorro, sino que había varios a la vez, ya que uno sólo luego no podría ser cruzado. ¿Nos imaginamos que dificultad y riesgo implicaba dicha tarea?
Una vez logrado este objetivo surgía otro problema, el de la reproducción. Estos pobladores tenían que construir corrales o algún mecanismo para que los pequeños lobos no se escapen y reproduzcan con otros que a ellos no les interesaba. Recordemos que lo que se buscaba era cruzar lobos con características similares, es decir que no tuvieran miedo del hombre, que sean mansos a las caricias, etc.




Imaginemos que lo conseguían. Todo esto que hemos relatado tendría que repetirse durante muchos años para que, finalmente, obtengan una especie muy parecida al lobo pero con características de comportamiento diferentes y una morfología, que si bien era parecida a sus parientes, ya no era similar.
Entonces, expuesto el grado de improbabilidad de esta teoría,  si el lobo no evolucionó de esta manera…¿cómo se produjo este hecho?, ¿cómo pasamos del lobo al perro?.  En la siguiente publicación les contaremos la teoría de Coppinger, una teoría actual y científica que nos habla de la selección natural, es decir, que los lobos evolucionan en perros por sus propios medios.


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