Buenos días,
Queremos hablarles acerca del reiki, una parte importante en la vida de todos.
El reiki es una técnica energética de sanación, utilizada
hace muchísimo tiempo por culturas antiguas. Luego, alrededor del año 1870 fue
redescubierta por Mikao Usui, un monje
budista, quién se encargó de transmitirlo y ponerlo al alcance de todos los que se
cruzaban en su camino y estaban dispuestos a sanar.
Este sistema se basa en equilibrar los campos de energía que vibran en nuestros
cuerpos: físico, emocional y espiritual. Y de este modo, conseguir que el
organismo sea sanado por sí mismo.
En el caso de los animales no humanos, no han perdido su
conexión energética con el Universo, como nos ha pasado a los humanos, que a partir del modo de vida que llevamos muchas
veces nos desconectamos de la energía
que debería circular fluidamente por todo nuestro ser.
Los animales no humanos reciben esta energía reiki como un
regalo, no tienen prejuicios o ideas preconcebidas sobre esto, ya que lo viven como
parte de ellos mismos, y saben cuando necesitan alguna “ayuda extra” porque su
sistema está desequilibrado o débil.
En realidad, este desequilibrio les ocurre como consecuencia
de la convivencia con los humanos, ya que son sensibles a los movimientos
vibratorios de las personas que están a su lado, y esto puede causarles un
debilitamiento o desorden.
Habitualmente, todos necesitamos “recargar las pilas” de vez
en cuando, y los perros son muy abiertos a recibirlo. Además, son más
intuitivos que nosotros y hasta saben reconocer cuando una persona es un canal
de reiki, y pueden hasta incluso pedir su ayuda.
Siempre debemos pedir
permiso para dar reiki, y si ellos están
de acuerdo con ese contacto energético, nos lo harán saber acomodándose relajadamente
o incluso mostrando el lugar específico
donde más lo necesitan. Aunque en algunas ocasiones, pueden no necesitar de
esta terapia, lo van a hacer saber, sin problemas… se levantarán o se alejarán
naturalmente. Y hay que respetar su decisión sin intervenir. No hay que forzar
el tiempo de conexión tampoco, ellos no mirarán el reloj para saber que la
sesión ha concluido, cuando lo sientan se
dispondrán para realizar otra cosa porque confían en sí mismos y en su
naturaleza. No sucede igual con los humanos, que no comunicamos, en general, al
terapeuta que no estamos cómodos o que creemos que nos viene mejor la ayuda en
otra parte del cuerpo, en gran parte porque no somos tan conscientes de nuestras
propias sensaciones.
Dar reiki a un animal (sano o enfermo) no sólo sirve para reequilibrar
su sistema, disminuir el nivel de ansiedad o el estrés; también ayuda a fortalecer
sus defensas y colabora con cualquier otro tratamiento veterinario, ya sea convencional
o natural, como un complemento potenciador de los efectos del tratamientos.
El reiki es una herramienta muy efectiva, simple y accesible…
por eso nos encanta trabajar con ella.
Los animamos a que lo prueben!!!
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