miércoles, 26 de marzo de 2014

El uso de las Flores de Bach

Las Flores de Bach son cada vez más utilizadas para colaborar con la recuperación o el mantenimiento de la salud de las personas. Aunque actualmente este espíritu se está ampliando también a los demás animales, todavía queda bastante por conocer, y sobretodo cual es la forma más efectiva de usar esta herramienta terapéutica en los animales que comparten la vida con nosotros. En muchas ocasiones no logramos descubrir el mensaje que nos cuentan sobre alguna dolencia o desequilibrio en particular. La idea es que podamos detectar estos signos de alerta a tiempo, por el bienestar de todos los integrantes de la familia.



El Dr. Edward Bach hizo una división por  grupos de las diferentes esencias florales que se utilizan en su sistema terapéutico, en función de las emociones y tipos de expresión de los seres, aunque sólo fue por facilitar  su estudio, de ningún modo es una cuestión de clasificaciones rígidas. Luego, cuando su sistema se amplió también a los animales domésticos, se estudiaron las implicaciones y respuestas en función de las necesidades emocionales de cada especie en particular. Es decir, se adaptaron las definiciones de cada grupo de flores a situaciones que se presentan en la vida de un perro.

Una de ellas, es la adaptación al cambio, partiendo de la base de que muy pocas veces todos los bebés se quedarán a vivir hasta edad avanzada con su madre, este deberá ser el primer cambio al que deban enfrentarse desde muy pequeños. Además al vivir en nuestra sociedad posiblemente serán adoptados o comprados, provocando cambios  en su entorno otra vez, sumándole alguna mudanza de la familia durante su vida, si es que tiene el privilegio de estar toda su vida con la misma familia y no cambia de personas alguna vez más… eso nos da como resultado, muchas modificaciones  a las que deberá adaptarse, de las cuales ninguna, me atrevería a decir, se consulta con ellos. Con lo cual, ese individuo tiene que desarrollar un alto grado de adaptación y no siempre las emociones son manejadas de la manera más adecuada por las personas; que aunque deseamos lo mejor para los animales, no siempre lo gestionamos bien.


Otra señal clara de que algo está en desequilibrio es el estrés en el animal; y este estado se puede manifestar conjuntado con  ansiedad, nerviosismo, o efusividad exagerada ante algunos estímulos, como pueden ser las visitas en el hogar, otros animales, o un juguete privilegiado, por ejemplo.

Además existe una característica muy mencionada en el mundo animal y es la agresividad. Quisiera aclarar sobre este punto que el “estar agresivo” es una respuesta puntual sobre algún estimulo externo, que luego puede transformarse en una conducta aprendida y ser algo habitual, pero un perro no se es agresivo por naturaleza. La agresividad siempre tiene una causa que la provoca, y es ahí donde podemos incidir nosotros como personas observadoras del tema, para determinar cuál es su origen.  Dicho esto, comentarles que nos interesa trabajar siempre a partir de terapias complementarias, por eso la modificación de la conducta (con la educación canina) es tan importante como que el sistema energético y emocional estén equilibrados (terapias naturales).
No interesa que un animal se relaje y descienda su nivel de agresividad a causa de un tratamiento con flores de Bach, si luego voy a volver a exponerlo al mismo estímulo que provoca esa conducta sin modificar nada durante el proceso.

Por último, comentar brevemente que hay muchos otros casos en los que se puede beneficiar la familia al realizar un tratamiento de terapia floral, sin esperar a que ese malestar que se expresa termine acumulándose en el cuerpo físico.
Aunque también se pueden utilizar para dolencias corporales, conservando el espíritu del Dr. Bach, coincido en que todas las manifestaciones físicas de un problema tienen su origen en el mundo emocional. Algunas manifestaciones en las que se pueden utilizar tratamientos florales son:


·      Por miedo o pánico, traumas pasados no resueltos, como el maltrato, una cirugía o un accidente.
·        Inseguridad y nerviosismo.
·        Dependencia exagerada a la/ las personas de su familia.
·        Ansiedad por separación.
·        Problemas de dermatitis.
·        Caída del pelo (alopecia).
·        Poca movilidad/ artrosis.
·        Inserción de un nuevo miembro en la familia.








Lo que me parece importante recalcar es que, desde nuestra escuela "SAFIRA", se pretende colaborar con todos los seres del entorno familiar para detectar esos síntomas que muestran que “algo” no anda bien. Aunque no se trata de eliminar esa señal sino de buscar que se establezca nuevamente el equilibrio. Trabajamos en la búsqueda de cambios profundos, que den lugar a nuevas respuestas del organismo en su totalidad; y de esta forma, el síntoma desaparecerá como consecuencia del proceso.

Gracias por estar aquí!!! 


No hay comentarios:

Publicar un comentario