miércoles, 21 de mayo de 2014

LA AGRESIVIDAD EN PERROS (1º PARTE)

En este artículo hablaremos de un problema bastante frecuente (casi el 60% de las consultas) y el cual es motivo de grandes conflictos, no sólo para los humanos y/o sus acogedores, sino también para el perro. Muchos casos de agresividad terminan con el abandono o el sacrificio del perro, los cuales pueden ser perfectamente solucionados con la ayuda de un profesional de la educación canina.

Existen diferentes tipos de agresividad, las cuales hay que tener en cuenta a la hora de diagnosticar un caso, ya que dependerá del tipo de tratamiento que debamos realizar. A continuación nombraremos cuáles son:


  • Agresividad competitiva (anteriormente llamada por dominancia).


  • Agresividad por miedo


  • Agresividad por dolor (algunos autores no lo consideran como un tipo de agresividad)


  • Agresividad territorial (defensa del territorio)


  • Agresividad predatoria (conducta de caza)

  • Todas son necesarias analizar y prestarles especial atención pero las más comunes son la agresividad competitiva y por miedo. Vamos a hablar sobre ellas.


    1. Agresividad competitiva:
    Es también llamada agresividad por conflicto social y está muy ligada a la competencia por los recursos y la defensa de los mismos. Suele ser la causa más común de agresividad dirigida hacia miembros de la familia u otros perros que vivan con él.
    Como dijimos anteriormente, este tipo de agresividad era llamado por dominancia. Aquí, la famosa "teoría de la dominancia" (lo ponemos entre comillas porque de teoría tiene poco), ha valido durante mucho tiempo para explicar esta conducta. Se basa en que hay perros que nacen con una tendencia clara a ser "dominantes", por lo que cada vez que un individuo subordinado (sea humano o no) intenta "retarlo" o cuestionar su posición (ser "dominante" con él), el perro responde de una manera agresiva para dejar claro cuál es la posición jerárquica.

    Sin embargo, numerosos estudios e investigaciones ponen en entredicho esta teoría, básicamente por tres motivos muy claros:

    • Las posturas que los perros muestran durante los episodios agresivos no se relacionan con posturas "dominantes" o agresivas" y la mayoría de la veces, el perro muestra un sinfín de señales de apaciguamiento o de estrés evidentes.
    • Existe una relación entre el estrés y la agresividad. Un estudio analizó los niveles del cortisol plasmático en perros agresivos y no agresivos y observó que en aquellos que la conducta era agresiva los niveles de cortisol eran mayores. (Rosendo, 2010)
    • Frecuentemente, luego de un ataque a sus acogedores los perros muestran señales y gestos de apaciguamiento con el fin de relajar la tensión existente.



    Entonces...¿cómo aparece este tipo de agresividad en los perros?

    • Motivación por la competitividad de los recursos o la protección/ defensa de los mismos.
    • Factores endógenos como las hormonas sexuales, rasgos de carácter o genéticos. Importantes hacer una aclaración aquí. Que un rasgo sea genético (como la agresividad) no significa que se tenga que manifestar si o si. Dependerá de cómo el entorno en el que habite lo permita o no. NO PONGAMOS ETIQUETAS A LAS RAZAS. Aprendamos a educarlos que es mejor y más saludable.
    • Factores del entorno como experiencias negativas tempranas, el comportamiento del acogedor con el perro y el aprendizaje y la educación que se la haya dado.. Este es el más importante para nosotros, ya que es donde más podemos influir. Por lo tanto, la actitud mostrada por el/los acogedor/es será fundamental para la manifestación o no de las conductas.

    En la próxima parte de este artículo hablaremos del papel que cumple la inconsistencia en la educación del perro. También explicaremos qué es el castigo (verbal o físico) y por qué hace que la conducta de agresividad se manifiesta más fácilmente. Y finalizaremos hablando sobre las pautas a seguir para tratar la agresividad por conflicto social o competitiva.

    Hasta la próxima semana!!

    jueves, 8 de mayo de 2014

    LA COMUNICACIÓN EN LOS PERROS (3º PARTE)

    Como se suele decir, dejamos lo mejor y lo más importante para el final. La comunicación visual, junto con la auditiva son las más importantes para nosotros, los humanos, poder comprender mejor a los perros.

    Esta comunicación incluye las posturas que adopta el perro con su cuerpo en todo su conjunto (orjas, cara, labios, pelo, cuerpo, tensión muscular, cola, entre otras).
    Es necesario observar todo en su conjunto. Hay algunos libros o publicaciones que explican que si el perro tiene la cola de una manera u otra significa agresividad, miedo, etc. Muchas veces caemos en el error de observar solo eso. El perro no es sólo su cola, su cuerpo o sus orejas, es todo en su conjunto. Por eso debemos analizar todo y no centrarnos en una parte puntual, ya que los perros suelen mostrar señales ambivalentes, es decir, con la cola nos dicen algo y con el cuerpo otra por ejemplo.
    Hemos visto muchos casos en que los perros mueve la cola pero gruñen. Si me guío por su movimiento entonces voy a pensar que es amistoso.
    ¡Gran error! Luego escuchamos la típica frase...¡Es que me atacó sin aviso!, ¿seguro? o será que no comprendemos su lenguaje.




    Cuando dos o más perros se observan o nos cruzamos con algún perro y queremos interactuar con él existen 3 tipos de posturas que son las más comunes:


    • Postura de invitación al juego o "play bow": se caracteriza por un descenso de las patas delanteras y la cabeza suele elevarse, por lo que su parte trasera queda elevada formando como una especie de "arco", de allí su nombre en inglés "play bow". Esta postura indica que todo lo que anteceda es un juego, es decir gruñidos, mostrar dientes, pelea, mordida, etc. Importante reconocer esta postura ya que muchos acogedores regañan a sus perros porque piensan que se están peleando, lo que genera más ansiedad, estrés y frustración.

    • Postura "dominante" o mejor llamada ofensiva: se caracteriza por la adopción de una actitud o porte elevado, el cuerpo en tensión, mirada fija, orejas hacia arriba y adelante, cola tensa y en alto y boca cerrada. Da la impresión de tener un mayor tamaño. Recientes estudios determinaron que esta postura, más que transmitir el deseo de "dominar" al otro, lo que indica es la seguridad que tiene de salir airoso del encuentro o de que está todo controlado. Es muy parecido a los humanos, cuando tenemos seguridad y confianza, ¿cuál suele ser nuestra postura corporal?, ¿quiere decir eso que queremos dominar al otro?.

    • Postura "sumisa" o mejor llamada defensiva: se caracterizan de 2 tipos:
      1. activa: cuerpo agazapado, extremidades flexionadas, cola baja o entre las patas, orejas hacia atrás y pegadas a la cabeza, mostrando así que no representa amenaza alguna hacia el otro. 
      2. pasiva: tumbado hacia arriba exponiendo vientre y genitales, como expresión máxima de evitar enfrentarse con el otro.

    Estas posturas lo que nos dicen es que el perro tiene poca o ninguna confianza en que el encuentro le aporte algo bueno o positivo y confirma al otro individuo que no busca problemas.








    ATENCIÓN...muy importante aclarar este tema. Que el perro muestre una postura "dominante" o "sumisa" no significa que sea una característica personal. Estas posturas deriban de la interrelación con dos o más individuos y puede que, a veces, muestre una conducta y en otras circunstancias no lo haga. No etiquetemos a los perros ya que estamos cayendo en un gravísimo error. Hablaremos de este tema en un futuro artículo.

    Muchas veces, estas posturas van acompañadas de señales de apaciguamiento, lo que suelen indicar es que no se encuentran cómodos con una situación o relación social con otro individuo. Su importancia radica en que suele ser el 1º aviso de que algo no va bien. Si no se le presta atención puede aumentar el estrés, llegando incluso a atacar. Es lo que se denomina "escalera de agresividad".
    Alguna de estas conductas son: 
    • alejarse de la situación.
    • dar la espalda.
    • desviar la mirada.
    • girar la cabeza.
    • olisquear el suelo.
    • lamer la comisura de los labios propias o ajenas.
    • bostezar, entre otras.





    Comprender la comunicación canina es parte esencial de una relación respetuosa y amable hacia ellos, que permitirá sentar las bases de una convivencia sana, minimizando las situaciones de estrés e incomodidad.

    Hasta aquí llegamos con la publicación de comunicación en los perros. Es un tema que da para hablar mucho, podríamos escribir más líneas en relación a este tema, pero creemos que para una primera aproximación al tema es suficiente.